En el artículo anterior,
advertí sobre la complejidad del momento político y económico que atraviesa
Venezuela. Dibujado el panorama como lo hice en ese trabajo, creo que son tres
las variables centrales que determinarán la dinámica política en el corto y
mediano plazo: 1. Los avances del
diálogo convocado por el Gobierno; 2. La evolución de la situación económica; y
3. la capacidad del liderazgo opositor para reconducir las protestas. Jerarquizando
estas tres variables y asociando el predominio de cada una de ellas a uno de
los escenarios, considero las siguientes posibilidades:
ESCENARIO #1 “NORMALIZACIÓN POLÍTICA”: El
Gobierno Nacional está moviendo todas sus piezas para aislar y desactivar las
protestas y que se imponga su interpretación sobre lo ocurrido en estas semanas.
Los reclamos internacionales y las presiones dentro del propio chavismo, así
como el riesgo de contagio hacia otros sectores, lo han llevado a abrir
espacios para el diálogo e incluso es probable que el Gobierno esté dispuesto a
ceder en distintas demandas que realice la oposición. El problema para Maduro
es conciliar estas concesiones con la necesidad de parecer fuerte dentro del
chavismo. El chavista legitima el Gobierno autoritario (“así es que se gobierna”)
y Maduro se expondría ante sus adversarios internos si cediera “más de la
cuenta”. Consciente de ello, su discurso actual combina denuncias y
reconocimientos, rechazos e invitaciones.
Por su parte, la oposición
política intentará no dejarse acorralar por la iniciativa de diálogo. Si siente
el riesgo de quedarse sola y aislada, probablemente encontrará una justificación
para participar en estas discusiones, aunque sea bajo un fuerte cuestionamiento
de los sectores “radicales”. El chavismo podría contribuir en este sentido realizando
unas concesiones simbólicas y es probable que lo haga. Aun así, es indiscutible
que un segmento de la oposición no participará bajo ningún concepto y mantendrá
su agenda insurreccional, aunque seguramente muy debilitada.
El resultado de estos
diálogos en sí mismo es incierto. El chavismo los utiliza de manera oportunista
para incorporar a los distintos sectores en la responsabilidad de la crisis. En
ese sentido, la oposición podría correr el riesgo opuesto y jugar, sin
quererlo, un rol de legitimación. Por ello, es probable que su dirigencia intente
vincular su participación en el diálogo con una actividad política constante de
acumulación de fuerzas a través de la canalización del desencanto, el cual
crecerá al ritmo de la crisis económica. Sin embargo, en el marco de las “rectificaciones”
del Gobierno, éste también podría tomar medidas económicas que, si bien no
resolverán la crisis instantáneamente, pueden apuntar a suavizar sus efectos y
atender sus causas. Todo eso configuraría una relativa consolidación del chavismo.
ESCENARIO #2 “HUNDIMIENTO ECONÓMICO”: En este escenario predomina la variable económica sobre la política. El chavismo, atrapado en sus creencias ideológicas y en sus redes de intereses, no es capaz de confrontarse internamente para cambiar el modelo económico. Además, la situación internacional –particularmente el cambio de política monetaria de Estados Unidos y el sobrecalentamiento de China- profundiza aún más el desequilibrio y la fragilidad. Por ello, la situación sigue deteriorándose y las manifestaciones de malestar empiezan a crecer en la misma medida en que los dólares escasean. El diálogo del Gobierno se empantana por conflictos entre grupos de poder y el bloqueo de determinadas medidas “ortodoxas”, como el aumento de los precios del combustible o la reducción del gasto público.
En este escenario, se reducen los incentivos que tenía la
oposición de participar en los diálogos o, más en general, de reducir su
beligerancia contra el Gobierno. Su gobernanza interna también se vuelve más
frágil en la medida en que crece la debilidad de Maduro y se despliegan más
libremente las agendas y aspiraciones personales de los distintos dirigentes.
Su mayor desafío radicaría, además de mantenerse unida, en transformar las
protestas estudiantiles y de clase media en función de incorporar las demandas
y reclamos de sectores populares, así no sea de manera directa y expresa. El
chavismo seguiría en todo caso intentando postergar los efectos más negativos
de la crisis, tratando de desviar la atención con denuncias y posibles
movimientos autoritarios. Ello incrementa la incertidumbre y la probabilidad de salidas inconstitucionales.
ESCENARIO #3 “OPOSICIÓN DE MASAS”: En el corto plazo, la oposición se ha negado a participar o ha participado de manera muy limitada en los diálogos, justificando su ausencia por la negativa gubernamental de ceder ante alguna de sus demandas. El Gobierno, o más precisamente, alguno de sus elementos militares, ante la continuación de las protestas, refuerza su componente autoritario y profundiza la represión. Esto incrementa la presión internacional y la crisis debilita al Gobierno, limitando su capacidad de gastar y empezando a erosionar sus bases de apoyo tradicionales.
La variable clave en este escenario es la capacidad de la
oposición de reconducir el malestar y ampliar la base social de las protestas, conducidos
por un dirigente visible y con un mayor grado de cohesión interna. Si esto
empieza a ocurrir, el Gobierno intentará evitarlo ampliando las medidas
autoritarias, lo que irá creando un círculo auto-rreforzante. Aunque no es
probable que sea en el mediano plazo, la oposición podría ir creando así el
clima del colapso insurreccional del Gobierno
o, incluso, su salida constitucional anticipada. En ambos casos
confrontaría muy severos obstáculos.
Aunque estos escenarios son incompletos y juntan
desordenadamente el corto, mediano y largo plazo, son un intento por proyectar
la evolución de una dinámica complejo, caótica e incierta. Usted, ¿qué
escenario considera el más probable?